
...lo de ir a ChinA, supongo que como todos los viajes, es una vuelta para el cerebro:
Por una parte te das cuenta de que como algo más de un cuarto de los habitantes de este planeta sin pasajeros come con palillos. Al cabo de una semana, lo cierto es que esto se asume sin problemas y hasta sufres algo de añoranza al volver a esto del tenedor y el cuchillo: ¡¡Con lo bien que se come todo finamente cortadito!! Comen con palillos, trabajan con fruición, son poco pegajosos pero extramadamente corteses en lo individual y brutales hasta la impiedad en lo anónimo...conducen como salvajes pero ni gritan cuando se chocan. Sufren lo que haga falta pero trabajan tirando a menos y se cuidan bastante y bastante bien: juegan, cantan, rien mucho y muchas cosas les hacen gracia. Desde mi punto de vista, errante y algo atrabiliario de paseante despistado los occidentales les resultamos dudosos y desdibujados. Por nuestra parte, mis compañeros de desayuno temprano, disfrazados de serios y solemnes, les tratamos a baquetazo y llenos de prejuicios postcoloniales.
Los hoteles, los comercios, los restaurantes, las obras, las oficinas están llenas de chinos jóvenes, listos y hambrientos. Quieren. Pueden. Saben. Están aprendiendo. Me parece que todos estos baquetazos nos los vamos a comer torcidos...y lo mereceremos. Los occidentales tenemos una soberbia acojonante, no sé si necesaria para acometer la construcción de imperios, pero sin duda jodida si no se tiene detrás el valor imprudente y temerario para pelear por ellos.
Por otra parte te das cuenta de que somos más de lo mismo, que reimos, que sufrimos, que aspiramos a respirar la próxima, que sobrevivimos en la misma charca...Me fué dificil hasta decir imposible entrar en google, ni en gmail, ni en blogger desde China, a pesar de tener banda ancha en todos los hoteles, esto de la libertad sólo para el mercado les va a durar poco, en cuanto acaben de vender al peso las gorras de Mao y los restos de serie del último plan quinquenal: Los tanques se van a quedar herrumbrosos por falta de pintura, al final, buenas noticias, ganará la pequeña figura de delante, con las bolsas de la compra en el super.
PD: Se me sobornó un guardia para hacerme pasar al Mausoleo de Mao sin hacer cola...digo lo de se me sobornó porque yo estaba tranquilamente esperando y vino el tio, todo correcto a ofrecerse con visos de oficialidad, su pin del partido, guantes blancos y todo... Mientras esperaba en mi nueva provisión de privilegio me dió vergüenza, propia y ajena....a los de la fila tambien, eran los de la bolsas, los que van a desmontar los tanques para abono, no dijeron nada, pero lo pensaron y, supongo, se cagaron en mi padre.